En muchas ocasiones, las empresas organizan cursos de prevención de riesgos laborales, protección civil y otros temas relacionados, donde los colaboradores aprenden cómo reaccionar ante emergencias, como un incendio. Si bien estos cursos son útiles, no son suficientes para garantizar una verdadera protección. Como dueño de una empresa, hay responsabilidades adicionales que deben cumplirse para asegurar la seguridad integral de los empleados y las instalaciones.
Es crucial entender la diferencia entre lo que es una recomendación y lo que es una obligación legal, tanto para los empleadores como para los trabajadores.
Una de las normativas más importantes en este sentido es la Norma Oficial Mexicana (NOM) 002-STPS-2000, que regula la prevención de incendios y detalla las medidas de protección que deben adoptar las empresas según su nivel de riesgo. Esta norma establece una serie de factores que influyen en el riesgo de incendio en una empresa, tales como:
- El número de personas presentes en el lugar.
- Las dimensiones del área.
- El tipo de construcción del edificio.
- La ubicación en una zona sísmica.
- El riesgo asociado a las instalaciones.
- El almacenamiento de combustibles, inflamables o explosivos.
- Las posibles reacciones químicas de los agentes extintores.
- La ubicación y capacidad de las fuentes de agua.
A partir de estos factores, se puede determinar el nivel de riesgo de incendio, que puede ser bajo, medio o alto. Esta evaluación es fundamental para decidir qué tipo de sistemas de protección contra incendios son necesarios, cuántos deben instalarse y dónde deben ubicarse de manera estratégica.
En función de la evaluación, las empresas deben considerar la instalación de diferentes sistemas de protección, como extintores, detectores de incendios, alarmas o incluso sistemas fijos contra incendios (como hidrantes o rociadores automáticos).
En algunos casos, las instalaciones deberán contar con sistemas fijos, mientras que en otros, bastará con extintores y alarmas. La clave es asegurarse de cumplir con las normativas y proteger adecuadamente a los colaboradores y las instalaciones de la empresa.
Garantizar la seguridad contra incendios no solo es una cuestión de cumplir con la ley, sino también de proporcionar un entorno seguro para todos los que forman parte de la empresa.